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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Red Nacional de Actividad Física y Desarrollo humano

La Red Nacional de Actividad física y Desarrollo Humano (REDAF) es una unidad de gestión nacional que funciona dentro del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, dependiente de Presidencia de la Nación. La REDAF, con el lema “Hacia una Nueva Cultura de la Actividad Física”-

La REDAF orientará su misión y visión hacia la construcción de una nueva cultura física, desde la perspectiva de la educación permanente y pretende resignificar el valor que ésta tiene en relación a la educación, la salud y la capacidad productiva, para el desarrollo humano argentino.

La REDAF incluye al Consejo de Rectores de Institutos Superiores de Educación Física de la República Argentina (CRISEF), a las instituciones formadoras en educación física (entre ellas el Instituto Superior De La Salle – Florida), distintas organizaciones y profesionales del área, con el objetivo final de contribuir con el desarrollo social del país.

De esta forma el Estado Nacional e instituciones formadoras se integran para la construcción y articulación de programas que implementarán los diferentes ministerios, generando acciones destinadas al desarrollo de todos los argentinos mediante la práctica deportiva social mejorando la calidad de vida de la población.

Se entiende por Deporte Social a la práctica de actividades físicas y deportivas orientadas hacia la población en su conjunto, generando situaciones de inclusión, viendo al deporte como un ámbito propicio para el desarrollo social, sin discriminación de edad, sexo, condición física, social, religiosa, cultural o étnica, diversa en sus manifestaciones.


http://www.ilasalle.com.ar/Red-Nacional-de-Actividad-Fisica-y-Desarrollo-

Falta de ejercicio - Sedentarismo

El empeoramiento de los hábitos de vida propio de las sociedades occidentales, la evolución de los sistemas de transporte y la tecnología laboral, los nuevo modos de ocio… todo colabora para que todos –niños y mayores- asuman como válidos comportamientos claramente sedentarios y, por tanto, perjudiciales para la salud.
La inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.

Cómo se previene el sedentarismo
Al igual que otros factores, el sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio físico interviene en la mejora de la salud de la persona sedentaria y reduce su riesgo cardiovascular. En este sentido, hay un aspecto fundamental que es la prevención en la infancia.
Los niños de hoy en día tienen peores hábitos de alimentación, ejercicio físico y ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que imparten en las escuelas al tiempo que el ordenador, los videojuegos y la televisión se convierten en sus principales vías de esparcimiento. Educar a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades al aire libre es el único método para ayudarles a convertirse en adultos sanos.
Sin olvidar, además, que esa prevención colaboraría en la mejora de las cifras de colesterol y sobrepeso de los más pequeños.

Tratamiento
El sedentarismo sólo se combate con actividad física. Y, como hemos repetido en numerosas ocasiones, no se trata de convertirse en un atleta de competición. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.

Relación con otros factores
El sedentarismo, además de provocar por sí mismo un importante daño a nuestro sistema cardiovascular, contribuye a acentuar los efectos de otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión o el colesterol. Una persona sedentaria tiende a tener sobrepeso, suele fumar y es habitual que tenga una alimentación desequilibrada.
Por el contrario, está demostrado que la actividad física y el ejercicio colaboran tanto en el mantenimiento del peso como en el control de las cifras de tensión arterial y colesterol.